Las elecciones del próximo año están a la vuelta de la
esquina y habrá definiciones políticas muy claras. El mapa geopolítico nacional
va a terminar de integrarse después de un sexenio completo bajo el gobierno de
Andrés Manuel López Obrador.
Además del relevo presidencial, habrá 9 nuevos gobernadores
que se van a elegir el mismo día en Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos,
Puebla, Tabasco, Veracruz, Yucatán y el jefe de Gobierno en la Ciudad de
México.
Hoy Morena tiene 20 gobernadores, el PAN 5, PRI hasta antes
de la elección en Coahuila y Estado de México tiene 3, Movimiento Ciudadano 2,
PVEM en alianza con PT 1, PES en alianza con Morena y otros 1.
Sin embargo, esta conformación es un hecho que cambiará,
primero en las elecciones de Coahuila y Estado de México que se reparten 1 PRI
y 1Morena y luego de las 9 en juego en el 2024, los morenistas seguramente
agregarán nuevos estados a su mapa, Movimiento Ciudadano puede retener Jalisco
y el PAN no quiere perder las dos que actualmente gobiernan en Guanajuato y
Yucatán.
Así los antecedentes.
LA JOYA DE LA CORONA
Yucatán aunque pecaríamos de decir que es la cereza del
pastel o la joya de la corona en las próximas elecciones, si es una entidad que
define una buena parte del país, principalmente con el Tren Maya operando y que
se espera sea el nuevo motor de la economía del sureste, que ha estado
abandonada por sexenios.
Vienen muy buenos negocios para la Península de Yucatán y
los que manden en el gobierno, llevan mano, es un sitio geopolítico muy
importante.
Los panistas yucatecos para poder retener el gobierno
estatal tienen que hacer una alianza con el PRI, si es que quieren seguir
gobernando.
Y aunque entre priistas y panistas han mantenido la
hegemonía por décadas, solo con un gobierno socialista de Felipe Carrillo
Puerto, que fue derrocado y fusilado allá por los tiempos de la revolución, las
huestes políticas de Morena, el pueblo bueno, como dice López Obrador, están a
tiro de piedra de quedarse con esta gubernatura, la joya de la corona del 2024,
por lo que representa.
La diferencia de gente que quiere votar por el PAN para
gobernador y los que quieren a Morena, es muy poquita, quizá haya entre un 2 y
3 por ciento real de diferencia, que sin embargo, podría cerrarse a menos de un
punto porcentual.
Los panistas lo saben y con el mal trabajo de gobierno de
Mauricio Vila y Renán Barrera como alcalde, el riesgo de que algunos votantes
se les volteen es muy grande, necesitan los poquitos votos que el PRI puede
sumar para hacer la diferencia.
La corrupción que ha imperado en la administración de
Mauricio Vila, el maximato que impuso al apoderarse del Congreso, el Tribunal
de Justicia, la Fiscalía, y una nueva agencia de Investigación financiera que
invadiendo atribuciones federales va a investigar lavado de dinero en el
estado, aunque más bien, pareciera que se la inventaron para advertir a los
empresarios y contratistas favoritos del gobierno que la UIF los investiga y
borrarles evidencias, no ha caído muy bien en los yucatecos de a pie.
La época en la que los poderosos dueños de vidas y haciendas
decidían que hacer en Yucatán y con los yucatecos, ya pasó, hoy hay una
ciudadanía que si va a manifestarse en las urnas y va a castigar con su voto el
mal gobierno.
Al tiempo y lo veremos.
Por eso el PRI se inventó una coalición de Gobierno para
poderse aliar con el PAN en las elecciones, sumar votos y de esa única manera
derrotar a Morena, si no se unen va a ser muy complicado que el candidato
panista sea quien sea gane o el priista si fuera el caso.
En esa alianza electoral y coalición de gobierno, el PAN
gana y Mauricio Vila puede seguir gozando de impunidad. Si el todavía
gobernador no es electo candidato a la Presidencia como él quiere, y se antoja
muy difícil que sea, va a negociar ser candidato al senado, va a cumplir con el
requisito de pedir licencia meses antes de las elecciones y será elegible.
¿Por qué quiere ser senador? Para que el fuero lo proteja
los siguientes seis años de cualquier investigación federal, ya sabe que todos
los poderes yucatecos son suyos, impuso al fiscal y a los magistrados, así que
es muy complicado que prospere una denuncia contra él o su pandilla.
Pero como no tiene el control federal, solamente desde el
senado puede influir en la política nacional y cuidarse así mismo las espaldas.
El PRI con la coalición de gobierno más que ganar, no pierde
el registro, tiene entre en 5 y 7 por ciento de aprobación ciudadana
actualmente, pero quién sabe qué ocurrirá en un año y con menos de 3 por ciento
de votos, pierde el registro.
Y la coalición también le garantiza a los priistas que les
den un puesto en el próximo gobierno estatal, porque se tienen que firmar los
acuerdos, nada es a la palabra y menos con Renán Barrera que puede ser el
candidato panista, pero normalmente no cumple su palabra.
El PRI desearía que su candidato en esa alianza fuera el
senador Jorge Carlos Ramírez Marín, ya está cantado, pero todo dependerá de los
acuerdos cupulares y cómo se repartan las 9 candidaturas el próximo año.
Originalmente en el plano federal, se estableció que el PAN
designa al candidato Presidencial y el PRI
a los gobernadores, eso pasó en Coahuila y Estado de México, veremos qué
tanto se mantiene ese acuerdo cómo se reparten el pastel, a ver a quien le toca
la cereza.
En los próximos días el panorama quedará más claro.