Salvador Castell: Va Por la Tierra

AUTOR: STAFF


En miras al día mundial del medio ambiente, se entrevistó al Dr. Salvador Castell González quien actualmente dirige el movimiento Va por la Tierra así como del Instituto para la Sustentabilidad. Ha sido asesor y consultor para varias instituciones públicas y privadas, incluyendo Juventudes por Latinoamérica y el Caribe A.C. En su labor a favor del desarrollo sustentable, la educación y la transferencia tecnológica, interesaba conocer su organización, labor, misión y perspectivas del desarrollo que se está viviendo en Yucatán.


¿Qué es Va por la Tierra? ¿Qué hacen? ¿Cuál es su visión y objetivos?

Va por la Tierra es un colectivo de estudiantes, de Doctores en Ciencias, profesionistas de la ciencia, que nos dimos cuenta de que había un vacío muy grande entre los que generan el conocimiento y las sociedades que necesitan el conocimiento. Empezamos a hacer una serie de eventos para dar charlas de biotecnología, sustentabilidad y temas alrededor de esto donde se trataba de convertirlo en un lenguaje común, para que el conocimiento pudiera llegar hasta la última persona. Con el paso del tiempo nos hemos dado cuenta de que la falta de conocimiento no solo es en las personas, sino también en las empresas y en los gobiernos, en los hacedores de políticas donde se nota la ausencia de respaldo científico para tomar decisiones. También nos dimos cuenta de que era necesario involucrar a nuestra niñez y a nuestras juventudes, que son aquellos a quienes, si se establecen bien los cánones de la sustentabilidad, van a generar otra implementación. Se empodera entonces la formación temprana, el fortalecimiento de DDHH y la parte científica y tecnológica. En esta última hay la capacitación profesionalizante, también hay programas de nivel superior, también tenemos la plataforma automatizada, estamos en proceso de firma de convenios para tener validez.


Salvador Castell - va por la tierra

                                                                                                                (Va por la Tierra, 2023)


¿Cuál ha sido su relación con el sector público?

Hemos estado haciendo incidencia política para la creación de varios reglamentos y leyes estatales y federales. Fuimos de los principales promotores e impulsores de la Ley de Cambio Climático del gobierno del Estado. Hemos metido una propuesta, elaborada por Héctor Rodríguez, de Ley de Aguas estatal, que es un convenio de colaboración entre el estado, el municipio y la federación. El agua de Yucatán es de la federación por ser un bien subterráneo, pero el manejo del agua es un derecho constitucional de los municipios. Hay algunas situaciones en las que la poca fortaleza municipal ha resultado en estructuras semiestatales como JAPAY. Otra situación es que la calidad del agua no es responsabilidad de los municipios hasta que no entra en el drenaje, pero si no hay red de drenaje, entonces no tienen responsabilidad de nada.

Hemos estado fortaleciendo la gobernanza y gobernabilidad municipal, pues en Yucatán existe el fenómeno de que somos muy pocos pobladores y demasiados municipios. Esto hace que existan municipios con 2000 personas y se dificulta la fortaleza institucional para manejar sus territorios. Por otro lado, muchos municipios no han podido recibir ayuda federal porque no cuentan con su informe D32 y están en deuda. Igualmente estamos presionando para actualizar la Ley de Equilibrio Ecológico hacia una de Derechos de la Naturaleza, que es un cambio jurídico importante, pero es una tendencia internacional para proteger al medio ambiente.


Se ha visto en sus redes sociales trabajos con grupos de mujeres, cuéntenos más.

Una de las últimas etapas que tenemos en Va por la Tierra es una campaña permanente para el empoderamiento y visibilización de las acciones de la mujer. Estamos trabajando con la CANADEM con Naomi Peniche y con Paty Gil de la Federación de Colegios de Yucatán, la campaña se llama “mujeres sustentabilidad”. Esto va de la mano de los acuerdos de la XV Cumbre de Monreal, se puso un acuerdo de igualdad sustantiva y no numérica.


¿Qué puede decirnos de la gestión de residuos y los etiquetados ecológicos?

Se trata de tener un enfoque integral de la sostenibilidad, no solo son arbolitos y no tirar basura, o el tema del reciclaje. El reciclaje dentro de la cadena de residuos es la última fase, nadie habla de reusar, reintegrar, de reducir. Nos malvendieron una ley donde lo único que se prohibieron fueron los popotes. Hay que prohibir las cosas que no son necesarias, porque eso también ha promovido un oportunismo ambiental. El popote más ecológico es el que no se produce. En México no existe una norma que determine qué es biodegradable, se debe hacer una segmentación. En el ecosistema hay diferentes tipos: fotodegradación, la oxodegradación y la biodegradación. Todas ocurren en la naturaleza pero debemos definirlo.

Queremos promover la regulación del autoetiquetado, porque ya cualquiera le pone bio o eco a sus productos, y ¿Quién revisa que sea real? Lo único que sí existe es lo orgánico o ecológico en alimentos y cosméticos. No hay para todo lo demás. No hay quien explique por qué los autobuses en la ciudad dicen que son sustentables. Yo no me explico cómo es que Mérida tiene el reconocimiento de Hábitat 3 de Ciudad Sostenible si saneamos menos del 30%, no tenemos banquetas con accesibilidad, tenemos una de las energías más contaminantes.  el 8vo lugar con más emisiones a la atmósfera. ¿Cómo es posible que Mérida sin tener industria, con menos de 2 millones de habitantes, tengamos esa posición?

No debería ni haber relleno sanitario porque no tenemos la composición de sales donde los lixiviados puedan ser neutralizados, en caso de una ruptura de la membrana se va directo al acuífero de líquidos altamente contaminantes. Cuando ha habido incendios en el relleno, los vapores que se emiten son altamente tóxicos y deberían emitirse alertas de contingencia ambiental.

Se ha propuesto juntar municipios o continuar con las oficinas intermunicipales para poder dar abasto de atender servicios públicos y tener gobernanza. También hemos trabajado con un modelo de desarrollo que es la economía solidaria o circulante, que es el origen real de la economía circular. Lo que hacen es que el agricultor no es tu empleado sino tu socio, así, entre más producen más ganan. Es la manera de crear sinergias, uniendo así trabajadores, seguimiento académico y financiamiento.

Ecoetiquetas para envases de vidrio.

(Etiprint, 2023)


¿Qué opina de la expansión inmobiliaria que se está viviendo actualmente en Yucatán? ¿Qué impacto está teniendo sobre el agua y el medio ambiente en general?

Hay una gran desocupación en el centro histórico por temas de mantenimiento por ser patrimonio cultural, igualmente en Héroes, Las Américas, Caucel. Un proyecto correcto de planeación urbana no te permitiría hacer más casas si no se han ocupado las que ya hiciste. Otra cuestión es que hay permisos de construcción de hace 15 años que no se han ejecutado, porque al menos en Mérida, sí ha habido algunas actualizaciones en tramitología pero la ley no es retroactiva. Otro tema es que no tenemos ni un plan de ordenamiento territorial. Actualmente se hace un plan de ordenamiento básico, que algunos municipios segmentan en cuatro zonas: urbanización, actividades productivas, industria, y las zonas 4, que son aquellas que no se van a municipalizar. En estas zonas 4, si no se les habilita como zonas de conservación, se puede llegar a fraccionar y privatizar algunos servicios para desarrollar. Se han convertido en una zona gris y en una carga para los municipios.

Respecto a las zonas de playa, gran parte de los permisos son federales, porque hay que recordar que los sistemas de mangle son un sistema protegido. Con los Convenios Ramsar, desde 1975 está prohibido construir en zonas donde hay eso, solo falta ver las costas de Yucatán para ver cómo se han respetado esos acuerdos internacionales. Hoy SEMARNAT ya canceló varios proyectos que se están haciendo en las costas, pero no se habla del Decreto Estatal de la Gran Reserva de Carbono Azul, que es la zona de costa 40km al interior donde no se puede construir, o se tienen que mantener particularidades para hacerlo, y la realidad es que no se ha aplicado. Son zonas muy importantes porque pueden almacenar 50 veces más que un bosque, por lo que hay especial interés en su conservación.

Uno de los grandes problemas del boom inmobiliario es que ha habido muy poca planeación para el abastecimiento de servicios mínimos. No se han actualizado los reglamentos para que toda la migración que existe sea ordenada y tenga la capacidad de saneamiento de residuos, agua y CO2.


¿Qué se podría hacer para frenar la degradación acelerada sin impactar tan negativamente a la economía?

Debe haber actividades productivas para satisfacer las necesidades de la población, pero tenemos una sociedad basada en el dinero y no en la proveeduría de productos y servicios. Antes de acopiar dinero lo que debemos hacer es tener vivienda digna, salud, en este mismo proceso de descolonización occidental. Hay que hacer actividades productivas pero deben ser apegadas al estado de derecho y a los DDHH.


En cuanto a la industria, sabemos que las granjas porcícolas se han detectado como una de las mayores fuentes de contaminación de la región respecto al agua. ¿Qué se ha realizado para frenarlo?

En los últimos 30 años ha habido un gran avance en esta industria pues México se convirtió en un gran productor de carne de puerco y para exportar es necesario contar con estándares de calidad. Esta legislación no existe a nivel local, aunque hay una propuesta de norma de porcicultura sustentable, no ha sido publicada. La mayoría de las grandes empresas sus procesos de saneamiento y control son impresionantes. Hemos detectado que el problema es la mediana y pequeña porcicultura porque se regula por municipios que, al no tener gobernanza y gobernabilidad, menos habrá monitoreo de esta industria, no hay directrices ni reglamentos. Muchas son plantas o chiqueros de traspatio, hasta medianas empresas, que se mantienen debajo de las 25,000 cabezas para no brincar a la regulación estatal. Muchas no tienen la capacidad de inversión para hacer este saneamiento, aunque eso no es excusa porque es un derecho humano el acceso al agua. Sin embargo, hay un vacío de quién es el agua, entonces nadie se hace responsable.