Valladolid es
la segunda ciudad en importancia de Yucatán y la más antigua del
estado, además de contar con el título de “Pueblo Mágico”.
Una de las edificaciones más destacadas en su centro histórico, es la Catedral de San Gervasio, una imponente estructura construida en 1545, y que desde el 10 de enero de 2024, proyecta de martes a domingo a las 20:00 horas, un videomapping espectacular.
El Convento de San Bernardino es otro testimonio tangible de la historia de Valladolid, y además de poder recorrerlo en su interior de día, también ofrece una proyección en su exterior, de martes a domingo a las 21:00 horas. Se puede llegar de la Catedral al Convento caminando por la Calzada de los Frailes, una avenida que durante las noches cobra vida con sus galerías de arte, tiendas, cafeterías y exquisitos restaurantes.
Otro
atractivo imperdible es el cenote Zací, una maravilla natural ubicada en el
corazón de Valladolid. Este cenote de aguas cristalinas cuenta con un
restaurante de comida regional y un mercado de artesanías, rodeados de la
exuberante vegetación que lo enmarca. La gruta Xkeken, con sus impresionantes
estalactitas y estalagmitas, es otra maravilla subterránea que deja encantados
a quienes la exploran.
Pero
no podemos hablar de Valladolid sin destacar su gastronomía, pues si te vas sin
probar sus lomitos y famosa longaniza, es como si no hubieras ido. Pero ¿qué
son estos manjares? Los lomitos, son suculentos trozos de cerdo cocinados en
una salsa de jitomate y especias locales, coronados con un huevo duro y
tradicionalmente acompañados de arroz, y chile habanero. Este manjar sencillo,
pero lleno de sabor, se ha convertido en un emblema de la región.
Aunque
para mí, la estrella del lugar es la longaniza: embutido de cerdo preparado con
achiote, ajo, cebolla, vinagre y sazonado con una mezcla de especias que le
confiere un sabor inigualable. Este manjar revela la herencia culinaria de la
región, fusionando sabores auténticos con tradiciones que han pasado de
generación en generación.
En
pocas palabras, Valladolid, es un destino que deleita todos los sentidos. Ya
sea degustando la riqueza gastronómica en sus excelentes restaurantes y
mercados locales, o maravillándose con los cenotes que se asoman entre la
arquitectura colonial que adorna sus calles, Valladolid ofrece una experiencia
inolvidable para quienes buscan sumergirse en la autenticidad y la belleza de
la cultura yucateca.