Nacida en Mérida en 1993, esta joven poeta ha dado muestras de contacto con la esencia de lo humano pero sobrepuesto al mundo moderno, lo cotidiano, el día a día. Provoca emociones íntimas en los lectores, de esas que muchos esconden por convención social y, a manera de soliloquio, escribe poesía para sí misma pero en la que todos nos vemos reflejados, en ese mundo secreto y personal.
Irma Torregrosa estudió la licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Autónoma de Yucatán, así como Creación Literaria en el Centro Estatal de Bellas Artes. Ya adentrada en el mundo de la poesía, participó como becaria en la Fundación para las Letras Mexicanas durante tres periodos distintos. Entre sus reconocimientos se encuentra el Premio Regional de Poesía José Díaz Bolio 2012 y el XLII Premio Hispanoamericano de Poesía San Román 2017. Entre sus reconocimientos más recientes, se encuentra el Premio Estatal “Tiempos de Escritura”, otorgado por SEDECULTA Yucatán en el 2020.
Recientemente publicó con la Editorial Esdrújula el libro “Lugar de Taxidermia” (2024), siete años después de haber publicado su primer libro “Piélago”. Este libro replica estructuralmente sus paseos por los museos que visitaba en Ciudad de México cuando recién se había mudado. Su escrito trata principalmente de la muerte, y no de manera literal, sino en el sentido del fin de una relación, de una fase. Este libro de poesía habla de la conservación de lo valioso, de lo atemporal. Pero también desde lo abstracto, nos habla de las pérdidas de la vida, de las memorias que quedan disecadas pero que no son más que un animal muerto.
Su poesía encuentra las formas propicias para hablar de lo intangible, de lo inmedible, de lo invisible. Ciertamente, Irma Torregrosa ha logrado conectar con maestría a través de las experiencias cotidianas con un público joven, y ha sabido navegar por las aguas de la sociedad líquida, de la celeridad y de la sobreestimulación que plaga a esa generación. No obstante, la poeta logra contener el aliento de más de uno, al tiempo que recuerda las heridas de otros.